“Skin” marca el 14 aniversario de Anímic al pie del cañón y así como la materia no se crea ni se destruye, sino que se transforma, su nuevo trabajo marca una mutación, una transformación que todavía los reafirma más en el lugar personalísimo e inclasificable que ocupan en la escena independiente del país. Este cambio de piel deja al descubierto muchas de las latencias que nos habían atrapado en sus dos últimos trabajos (“Hannibal” y “Hannah”) y sólo podemos celebrar que las hayan abrazado con todas las consecuencias. Allí donde antes se insinuaba un cierto regusto por los detalles electrónicos, las atmósferas oscuras y las letras heridas ahora encontramos la electrónica como lenguaje dominante, las cajas de ritmos y las guitarras planeadoras sustituidas por contundentes teclados y unas letras igual de sobrecogedoras. Cediendo el protagonismo vocal a Louise Sansom – poderosa, telúrica maestra de ceremonias -, la banda que completan Ferran Palau (sintes y teclados), Núria Monés (guitarra eléctrica), Juanjo Montañés (samplers) y Miquel «Zuma» Plana (bajo) resuelve sin conflictos su combate interior entre caricia y contundencia, oscuridad y luz, cristal y metal.