La artista sonora madrileña tiene un disco precioso, “Dystopian OST” -publicado el 2018 en el sello Solid Tapes-, un trabajo ambicioso y maduro que transcurre entre el ambient y la música industrial, que palpita y respira en pasajes oníricos y, dependiendo del momento, pueden ser placenteros o desasosegantes. Pero lo que nos cautivó de su proyecto presentado a la convocatoria de residencias fue el objetivo que se planteaba llevar a cabo durante aquellos días, las relaciones sonoras entre el espacio, el tiempo, la tecnología y la naturalesa, que tomó forma de performance sonora en el espacio más intrigante del festival.