Poco espacio queda para las sorpresas genuinas en este mundo rápido y global en el que nos movemos, pero el debut del californiano Lawrence Rothman no escapó del radar de los auténticos connaisseurs y amantes del POP, así en mayúsculas. Su disco «The Book of Law», aparecido a finales de 2017, reclutaba para la causa fantásticas contribuciones como las de la (divina) Angel Olsen, Duff McKagan (ehem, sí, de los Guns N’Roses) o Marissa Nadler, y transitaba caminos poliédricos – como la personalidad absolutamente magnética de su autor que hace bandera de la fluidez de su género para crear diferentes alteregos – para pasar de las baladas al synth-pop, el glam más elegante o la deconstrucción pop. Todo esto envuelto en la voz de barítono de Rothman, que convierte en iconos instantáneos sus canciones en un disco que es un viaje de descubrimiento y autoafirmación y que tuvo su traducción en nueve vídeos que protagonizaban cada una de sus reencarnaciones, dirigidos por Floria Sigismondi (compañera creativa de Rothman conocida por sus vídeos para David Bowie o Björk y directora de The Runaways).