Existe un punto de cruce en el imaginario de Lina Bautista (Linalab) que une algunas de sus grandes pasiones: los sintetizadores modulares, las guitarras con delay, los ritmos relajantes y envolventes… en ese punto, electrónica y postrock se dan la mano sin miedo. Atmósferas brillantes, susurros casi ininteligibles y filtrados hasta el extremo, punteos que tocan teclas internas y sonidos de otra galaxia. Linalab es un proyecto vivo y en mutación constante, permeable y nada rígido, que trae a su órbita a Jose Jünemann en la batería, para imprimir contundencia y rítmicas imposibles a la galaxia sonora de este proyecto.