Dentro del loop infinito en que se ha convertido la recuperación de estéticas artísticas de los 80, existe una variante musical que acoge en su seno la herencia de las bandas sonoras de las películas de género de la época y que conocemos como synthwave. Desde todos los rincones del planeta, músicos de nueva generación se han adscrito a ella y desde Lleida, George Gold pone su granito de arena con un proyecto que triunfa en todo el mundo. Evocadora de otros tiempos pero, al mismo tiempo, rabiosamente contemporánea, su música despertará fantasmas de los que tendremos que desembarazarnos de la única forma posible: bailando.