Desde muy pequeño, Pierre Bastien comenzó a construir sus propios instrumentos musicales utilizando todo lo que tenía a mano: juguetes, poleas, engranajes, metrónomos o utensilios de cocina. En 1986 desarrolló Mecanium, una orquesta mecánica hecha con piezas del juego de construcción Meccano. Desde entonces, el parisino ha participado en más de 30 álbumes (tres de ellos para el sello de Aphex Twin, Rephlex) y ha colaborado con músicos como Pascal Comelade o Robert Wyatt y con el cineasta Pierrick Sorin. Sin duda, es uno de los creadores más imaginativos y singulares de la escena experimental europea, un artista total al que le gusta mezclar de manera lúdicamente poética los sonidos de una trompeta o de una viola con los de esculturas mecánicas (que podemos ver proyectadas). Una especie de “científico «oco» que tanto puede interpretar sinfonías futuristas como evocar tradiciones ancestrales con una música sorprendentemente sensual y conmovedora. Es, sobre todo, un niño grande que nunca ha dejado de jugar.