El trabajo de Raquel Meyers se ha visto en centros, exposiciones y festivales como Ars Electronica. Definiendo su práctica como mecanografía expandida, y con el uso de caracteres de texto y retículas, Meyers teje un cuento contemporáneo con tecnologías del pasado gracias a Commodore 64, el parpadeo de las líneas verticales del teletexto o alimentado a base de máquinas de fax. Un mundo de criaturas míticas y aventuras oníricas donde reina la calma y la temeridad. Fotograma a fotograma, símbolo a símbolo, un descenso a país de las maravillas donde el tiempo se detiene y el caos reina.