Somos fans de STA. Podríamos dejarlo aquí, porque los fieles de Eufònic los recordarán en una de las primeras actuaciones del festival, allí en el Túnel de infausta memoria. Pero en este tiempo la banda barcelonesa plagada de argentinos – con los mejores motes de la escena – ha tenido tiempo de rearmarse, sacar un puñado de discos largos y singles, convertirse en un mito de la escena underground y ser aclamados en Francia como lo que son: una máquina de dub que mezcla ritmos jamaicanos con electrónica, punk, experimentación y estructuras libres que mezcla y hace efectos de manera orgánica, en unos directos que son una fiesta de ritmo y energía, donde se notan las muchas horas de vuelo que tiene este grupo a las espaldas. Célula creativa que se articula alrededor de Pope – miembro de Barba Corsini, Fuego y los desaparecidos Bradien- su música bebe directamente de las fuentes primigenias del dub jamaicano para escapar a toda ortodoxia, con ritmos cálidos y melodías abrasivas con las cuales es imposible quedarse quieto.